Valiente Stromer

Suzuki ha modelado la pequeña V-Strom 650 siguiendo el aspecto de la mil grande, ha refinado el motor y lo ha mejorado electrónicamente. El resultado es una todoterreno patentada y fácil de digerir.
Una buena moto
La V-Strom 650 de Suzuki siempre ha sido una de las favoritas, desde su estreno en 2004, con un pequeño defecto: su aspecto recibió una respuesta dividida, por decirlo educadamente... Teniendo en cuenta esta disonancia, los japoneses han sacado una conclusión lógica y practicable y han dotado a la nueva V-Strom 650 del aspecto de la V-Strom de mil cilindros, que también ha sido revisada para 2017. Es decir, con los faros dobles estrechos y apilados que le dan un aspecto inconfundible, el pico alargado y un parabrisas más amplio. Si a esto le añadimos un piloto trasero de LED en la parte trasera, el aspecto de la pequeña V-Strom alcanza regiones compatibles con las masas. Además del modelo estándar, Suzuki también ofrece una versión XT que puede rematar la buena impresión: Con protectores de manos de serie que tienen buen aspecto y protegen del viento, un protector de motor que oculta el colector y los antiestéticos cables y mangueras, así como llantas de radios - en dorado desafortunadamente sólo para la versión amarilla, las V-Strom blanca y negra ruedan sobre llantas negras. Bajo el vestido de plástico, los ingenieros han refinado la V2 de 90° refrigerada por líquido como parte de la homologación Euro 4 con muchas medidas detalladas, así como nuevos pistones, un árbol de levas de escape modificado, doble encendido, nueva inyección y un sistema de escape modificado.
Un poco más de potencia a pesar de la Euro 4
La recompensa por el esfuerzo no sólo son unas mejores emisiones de escape, sino también un pequeño aumento de potencia, ya que la V-Strom ofrece ahora 71 CV y 62 Nm a partir de una cilindrada de 645 cm3, frente a los 69 CV y 60 Nm anteriores. Con la excepción de una pequeña caída en torno a las 4.000 rpm, las curvas de potencia y par están siempre un punto por encima de las de la 650cc del año pasado. El hecho de que estos valores no son puramente teóricos se demuestra en la conducción con un rango medio agradablemente potente y unos modales impecables: la V-Strom empuja con fuerza desde las 2.000 hasta las 8.000 rpm con las típicas características en V, sin molestar con vibraciones ni estropear el placer de conducción con traviesos cambios de carga. No tiene mucho sentido acelerar más; en su lugar, el diseño orientado al par siempre permite elegir entre al menos dos, a veces incluso tres marchas sin sacrificar la propulsión.
Ayuda a la puesta en marcha
Suzuki ha hecho la vida más fácil a la V-Strom con actualizaciones electrónicas: con el sistema Easy-Start, basta con pulsar un botón para que un ordenador central se encargue del proceso de arranque y ponga en marcha la 650 de forma segura. Para el arranque se ha instalado un "Low RPM Assist", que eleva automáticamente el régimen del motor al embragar, haciendo prácticamente imposible que se cale. La novedad para 2017 es un sistema de control de tracción en dos etapas que puede desactivarse en caso necesario. Sin embargo, parece que se ha ajustado con mucho cuidado, ya que incluso en el nivel 1, el más estricto, el nuevo cuadro de instrumentos parpadea como un resplandor meteorológico de pleno verano sobre las montañas cuando se conduce con empeño.
Barredora de curvas
Y no hay duda de que la 650 es rápida en las curvas - aunque la XT a plena carga no es precisamente un peso ligero con 216 kilos (versión estándar: 213 kg). La V-Strom es bastante ágil en las curvas, pero sin molestar con su exagerada maniobrabilidad. Pasa sin esfuerzo y con mucha seguridad por curvas cerradas, el manejo que inspira confianza y la sensación de tener siempre muchas reservas en la carretera hacen que el baile de curvas enérgico sea un placer entretenido. La suspensión, muy cómodamente ajustada, demuestra ser una compañera capaz, tolerando incluso el uso más comprometido sin grandes bamboleos. Los nuevos neumáticos Bridgestone Battlax Adventure A40 son sin duda una ventaja. Muy neutros, extremadamente precisos y dotados de un gran agarre, permiten a la 650 V-Strom trazar las curvas de forma controlada con las estriberas tocando a fondo. Una maniobrabilidad aún mayor se consigue elevando la base de muelles en la parte trasera, lo que puede hacerse en un abrir y cerrar de ojos mediante un ajuste hidráulico con un volante. Esto compensa, al menos parcialmente, la posición de desacoplamiento en un asiento bajo con manillar alto. No hay rendimiento sin compensación es el lema para los frenos equipados con discos más grandes, ya que las pinzas flotantes en la parte delantera requieren una mano fuerte, pero luego también impresionan con una deceleración decente.
Mejoras en detalle
En cuanto al equipamiento de serie, Suzuki ha eliminado algunas de las críticas que recibía el modelo anterior. Por ejemplo, la V-Strom 2017 incorpora un parabrisas más grande, que sólo puede ajustarse a tres alturas diferentes mediante herramientas, así como un mando a distancia en el manillar para las pantallas del puesto de conducción -ahora con indicador de marcha engranada- y el ajuste del control de tracción. Por último, también son de serie una toma de corriente a bordo para el navegador por satélite y la preparación para montar el nuevo sistema de maletas, mucho menos anchas gracias al silenciador rebajado. No obstante, habría sido deseable un poco más de finura, como manillares de barra gorda o luces diurnas de LED, aunque sólo fuera para enfatizar las nuevas cualidades. Al fin y al cabo, la V-Strom 650 XT 2017 se ha convertido en una moto de éxito total, notablemente mejor, que puede hacer mucho más de lo que se le atribuye a primera vista, y a un atractivo precio de algo menos de 10.000 CHF.